Fundación Rodrigo Saavedra, trabajando por la movilidad desde 1961
La capacidad física e intelectual de cada persona para superar las consecuencias de un accidente que deja inmóvil una parte del cuerpo no es fácil de contar. Cada miembro de la familia a la que pertenece el accidentado tiene su propia percepción de los hechos, su especial forma de llevar el sufrimiento y su capacidad de reacción ante la adversidad.
Si bien es cierto que hay muy pocas víctimas de accidentes que estén sumidas en un proceso de deterioro que las hace incapaces de volver a organizar una vida completa en todos los sentidos.
Al contrario, muchas de las personas que han colaborado en este informe, de todas las edades y con circunstancias diferentes, son un ejemplo de entereza, alegría y superación, que es también el mejor remedio para aquellos que le son más cercanos.
La personalidad del Marqués de Villalobar, en quien se inspiró el promotor de esta fundación, es la primera lección que se debe aprender para intentar ayudar en el proyecto, como se describe en el resumen de su vida.
Las numerosas organizaciones y fundaciones que se han ido creando para apoyo de los parapléjicos han conseguido importantes avances en la sociedad actual y son la conciencia de arquitectos, políticos, instituciones sanitarias públicas y privadas. Las barreras para la movilidad urbana, los centros de rehabilitación, la actividad laboral y tantos otros logros contribuyen a hacer la vida menos difícil a este grupo social.
Por ello entiendo que no es aconsejable gastar dinero y energía en proyectos iguales o parecidos a los que ya están en marcha con éxito y medios y es necesario profundizar en otras actividades en las que, quizá, se detecta alguna carencia.
Si bien es cierto que hay muy pocas víctimas de accidentes que estén sumidas en un proceso de deterioro que las hace incapaces de volver a organizar una vida completa en todos los sentidos.
Al contrario, muchas de las personas que han colaborado en este informe, de todas las edades y con circunstancias diferentes, son un ejemplo de entereza, alegría y superación, que es también el mejor remedio para aquellos que le son más cercanos.
La personalidad del Marqués de Villalobar, en quien se inspiró el promotor de esta fundación, es la primera lección que se debe aprender para intentar ayudar en el proyecto, como se describe en el resumen de su vida.
Las numerosas organizaciones y fundaciones que se han ido creando para apoyo de los parapléjicos han conseguido importantes avances en la sociedad actual y son la conciencia de arquitectos, políticos, instituciones sanitarias públicas y privadas. Las barreras para la movilidad urbana, los centros de rehabilitación, la actividad laboral y tantos otros logros contribuyen a hacer la vida menos difícil a este grupo social.
Por ello entiendo que no es aconsejable gastar dinero y energía en proyectos iguales o parecidos a los que ya están en marcha con éxito y medios y es necesario profundizar en otras actividades en las que, quizá, se detecta alguna carencia.
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