El gimnasio adaptado en el gimnasio normal: ventajas de la integración.
No es fácil, para nadie, imponerse un método de trabajo y rehabilitación física constante. Cualquier otra actividad deportiva ofrece más diversión y satisfacciones en menos tiempo, sobre todo si implica actividades en grupo y/o competitivas.
Hay que intentar por todos los medios la constancia en los primeros meses porque los resultados se empezarán a notar al cabo del tiempo y ello favorece la adicción por el entrenamiento.
Para conseguirlo es importante diseñar un plan atractivo y motivar la asistencia al mismo. La disponibilidad de recursos limitados obliga, asimismo, al diseño de un proyecto piloto que no implique una inversión importante.
La inclusión de un área específica de rehabilitación y gimnasia adaptada en un centro ya existente ofrece dos ventajas fundamentales:
1.- En primer lugar la economía de medios para conseguir el proyecto: un gimnasio dispone de las instalaciones básicas, normalmente adaptadas a personas con dificultades de movilidad (duchas, accesos, etc.,) y muchos de ellos de piscina. En principio solo se debería aportar los elementos específicos de rehabilitación como el andador y el personal especializado (fisioterapeutas y monitores).
En este sentido, los alumnos de la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, realizan, habitualmente, sus prácticas de rehabilitación fisioterapéutica en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Los estudiantes, afiliados a la ONCE y, por tanto, ciegos o con una discapacidad visual grave, una vez finalizada su estancia en este Hospital continúan sus prácticas en varios centros hospitalarios lo que les dota de gran experiencia. Estas personas aportan un beneficio suplementario para los pacientes con discapacidad física quienes, además de recibir la atención correcta, se sienten animados y reconfortados al ver el trabajo y el esfuerzo de un grupo de personas también con discapacidad
En la Escuela, personas ciegas o deficientes visuales afiliadas a la ONCE cursan los estudios de fisioterapia que han supuesto, desde sus inicios, una fuente de empleo para muchos afiliados que hoy en día ocupan puestos de trabajo en centros públicos y privados, con un reconocido prestigio como profesionales de la fisioterapia.
Los monitores, por su parte, pueden ser los mismos que ya trabajan en el gimnasio a los que se les facilitaría la formación necesaria o, si ello no fuera posible, contar con alguna persona que ya esté cualificada para dirigir la gimnasia adaptada.
2.- La asistencia a unas instalaciones pensadas para el público en general propicia la organización de grupos de amigos que pueden hacer gimnasia conjuntamente y animar a los más reticentes para que mantengan la rutina. De esta manera no se trataría de presentar una terapia específica para la discapacidad sino presentar la necesidad de TODO el mundo por cuidar la forma física.
Es posible que, de esta manera, se pueda vencer la pereza o la rutina de no cuidarse regularmente. El esfuerzo por realizar la actividad deportiva sería común a varias personas, con o sin discapacidad, y ello contribuye a animar a los más reticentes.
Hay que intentar por todos los medios la constancia en los primeros meses porque los resultados se empezarán a notar al cabo del tiempo y ello favorece la adicción por el entrenamiento.
Para conseguirlo es importante diseñar un plan atractivo y motivar la asistencia al mismo. La disponibilidad de recursos limitados obliga, asimismo, al diseño de un proyecto piloto que no implique una inversión importante.
La inclusión de un área específica de rehabilitación y gimnasia adaptada en un centro ya existente ofrece dos ventajas fundamentales:
1.- En primer lugar la economía de medios para conseguir el proyecto: un gimnasio dispone de las instalaciones básicas, normalmente adaptadas a personas con dificultades de movilidad (duchas, accesos, etc.,) y muchos de ellos de piscina. En principio solo se debería aportar los elementos específicos de rehabilitación como el andador y el personal especializado (fisioterapeutas y monitores).
En este sentido, los alumnos de la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, realizan, habitualmente, sus prácticas de rehabilitación fisioterapéutica en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Los estudiantes, afiliados a la ONCE y, por tanto, ciegos o con una discapacidad visual grave, una vez finalizada su estancia en este Hospital continúan sus prácticas en varios centros hospitalarios lo que les dota de gran experiencia. Estas personas aportan un beneficio suplementario para los pacientes con discapacidad física quienes, además de recibir la atención correcta, se sienten animados y reconfortados al ver el trabajo y el esfuerzo de un grupo de personas también con discapacidad
En la Escuela, personas ciegas o deficientes visuales afiliadas a la ONCE cursan los estudios de fisioterapia que han supuesto, desde sus inicios, una fuente de empleo para muchos afiliados que hoy en día ocupan puestos de trabajo en centros públicos y privados, con un reconocido prestigio como profesionales de la fisioterapia.
Los monitores, por su parte, pueden ser los mismos que ya trabajan en el gimnasio a los que se les facilitaría la formación necesaria o, si ello no fuera posible, contar con alguna persona que ya esté cualificada para dirigir la gimnasia adaptada.
2.- La asistencia a unas instalaciones pensadas para el público en general propicia la organización de grupos de amigos que pueden hacer gimnasia conjuntamente y animar a los más reticentes para que mantengan la rutina. De esta manera no se trataría de presentar una terapia específica para la discapacidad sino presentar la necesidad de TODO el mundo por cuidar la forma física.
Es posible que, de esta manera, se pueda vencer la pereza o la rutina de no cuidarse regularmente. El esfuerzo por realizar la actividad deportiva sería común a varias personas, con o sin discapacidad, y ello contribuye a animar a los más reticentes.